El graffiti y la comunicación política.
- Juan Worm
- 28 oct 2015
- 5 Min. de lectura
El arte sin duda históricamente ha sido una herramienta de desarrollo de cada una
de las culturas a través de la línea del tiempo.
Nuestro país desde tiempos de antaño ha sido sin duda objeto de uno de los
peores males que puede padecer cualquier nación del mundo, la corrupción, esta
ha hecho más daño que muchos de los peores delincuentes, la corrupción ha
permeado todas las áreas del desarrollo social, económico, político y cultural.
Los medios de comunicación que han sido corporativos y depende de los grandes
poderes económicos que también tienen intereses políticos de manera directa por
sus familias o de manera indirecta por sus inversiones se ha convertido en aliados
u opositores del gobierno de turno según sea su necesidad, esto dejando de lado
su labor misional de generar y entregar información objetiva, oportuna y veraz,
pero en lugar de esto se han hecho en muchos casos simples oficinas de prensa
para alcanzar los logros de los gobiernos de turno.
En este panorama poco alentador y donde los medios corporativos se han vendido
nace una esperanza con la masificación de las comunicaciones 2.0, esto el acceso
a las redes sociales y aun siendo un país en desarrollo se ha logrado poder tener
en nuestro país un fuerte desarrollo del miso y se ha dado acceso a una gran
cantidad de personas, desde equipos fijos pero también desde dispositivos
móviles, con esto se ha podido comunicar todo aquello que las personas de
manera independiente y aunque la mayor parte de las veces de manera subjetiva
permite que toda la información tenga tantas formas de análisis como ciudadanos
conformes o inconformes.
El graffiti que en otrora había sido visto como forma de protesta callejera y donde
se dependía como lienzo exclusivo de los muros de la calle hoy se ve como una
forma de comunicación no solo por este medio sino que la fotografía de este acto
y esta obra llevado a las redes permite entonces que se comunique aun publico
mucho más amplio y por diversos medios.
Cuando se mezclan estos dos ingredientes; corrupción y graffiti, se puede dar
como resultado una obra que permite un análisis social, económico, político,
cultural e histórico de la realidad de nuestro país desde la perspectiva y óptica de
un artista que tiene como lugar de permanencia la calle.
Cuando se habla desde la mirada económica en el graffiti se plasma que en
nuestro país se ve como se destruye la riqueza, como se pierde cada vez más la
distribución real entre todos los ciudadanos y se concentra en unos grandes
buitres y carroñeros que se dedican a la capitalización personal a costas de una
riqueza de la nación, estos pueden ser los empresarios que no tienen
responsabilidad social y de desarrollo del país pero también los grandes líderes o
caudillos políticos que usan sus cargos como una forma de acaparar la riqueza
que debería ser del todos y para el desarrollo de la mayoría y no para que ellos
sigan acumulando riqueza personal.
Desde la mirada política se ve como los partidos en cabezas de sus
representantes que han sido denominados por muchos ciudadanos como ratas, se
mueven por el país a través de una de sus grandes riquezas que se viene
desangrando como el petróleo, se mueven llevando y trayendo a quien interese
las expensas del país. Tambien son estas ratas la representación mas clara de los
actores violentos, armados, ilegales y corruptos que con sus pequeñas posiiidades
responden a los grandes buitres que acumulan y van siguiendo sus órdenes y con
respecto a estas traen y llevan las riquezas por todo el país que incluso lo mueven
de uno de esos buitres a otro vendiéndose al mejor postor y a quien más les dé.
Cultural, claramente se puede ver por cualquier ciudadano la existencia de esta
realidad, que aunque compleja y triste se da a ojos de todos y se ve la relación
entre lo económico, lo político y lo ilegal y aun así la sociedad sigue sin tomar
acciones legales frente a estos sino que solo lo ve como parte del paisaje, en
algunos casos se queja pero no pasa de esto no logra castigarlos en las urnas a
los políticos, a los actores ilegales no los demanda o los señala frente a la
autoridad y en vez de esto en ocasiones antes los protege del actual de las
autoridades y peor que esto aspira a poder hacer parte de estas cadenas de
corrupción o delincuencia, se hizo parte de la cultura y se creó entonces la cultura
de lo fácil, de lo ilegal, de la corrupción.
Históricamente es visible que la nación no solo no ha logrado tener una identidad
al punto tal que nuestro escudo perdió hace mucho uno de sus partes, el istmo de
panamá nada tiene que ver con la realidad, poco importa la historia y esto genera
que no haya arraigo y como consecuencia la falta de apropiación por lo que es
propio y no se ve así, el mismo escudo da cuenta de las pérdidas que se han
tenido y la poca preocupación por lo que se tenía y no se tiene, por lo que ha
pasado y como se ha desarrollado la historia del país, no conocemos el cómo
hemos llegado hasta nuestra realidad actual, dice el refrán popular que quien no
conoce la historia se ve obligado a repetirlo y por ello seguimos perdiendo
riquezas de la nación pues no nos marcó realmente perder esa parte de nuestro
Socialmente hablando tenemos dos líneas importante en cuanto al graffiti, primero
responde a una función social de denunciar lo que se considera esta mal y educar
a quienes ven la obra en cuanto a la realidad en la que se está inmersa la
sociedad, por otro lado también se plasma lo que se ve, se plasma la realidad del
país como denuncia pero también como un acto que permitirá que más adelante
se pueda evaluar la historia desde la óptica de quien vivió en un momento
histórico preciso que el artista considero importante.
El escudo del país se convierte y se plasma desde la mirada del artista como una
mera vitrina para exponer lo que había y lo que se está perdiendo, es un llamado a
lo que podrá pasar si se sigue teniendo una mirada complaciente a la realidad que
está rodeando y en la cual está inmersa el país, es un llamado de atención a
donde estamos yendo y a donde podemos llegar, ya se ha perdido el istmo de
Panamá y podría seguir sucediendo esto con el resto del país y sus riquezas.
El graffiti se convierte entonces en una herramienta de análisis y estudio histórico
de las realidades, las quejas y las subjetividades de sociedades en momentos
específicos. Se comunica desde la subjetividad pero se hace desde la libertad y
creatividad artística de quien vive inmerso o ha visto lo que sucede en una
sociedad o parte de ella, sea todo el contexto o simplemente la mera realidad
interna del individuo que plasma lo que le sucede.

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